Esta combinación hace de cualquier amontillado un vino muy singular, cuya identidad está marcada por la crianza biológica. El de Bodegas Tradición tiene una vejez media de 43 años y es el resultado de la combinación de soleras procedentes de Jerez, El Puerto de Santa María y Sanlúcar de Barrameda, de ahí su carácter único.

Vista: De color caoba y ribetes cobrizos. Nariz: Notas de acetaldehídos, muy punzante, de aromas marinos con recuerdos a lonja, salazones y ahumados. También hay notas de nueces y almendras negras. Boca: Extraordinariamente seco, de notable salinidad que hace de él un vino largo y complejo, de una sequedad y acidez notorias y que incita a degustarlo con una variedad amplia de productos.