Domaine Saint-Etienne
Cómo hablar de Maison M. CHAPOUTIER sin citar 1808, año en el que empezó todo. Pongamos esta fecha en contexto y recorramos el camino. Eso fue hace más de 210 años …
1808
Creación de Maison Calvet et Compagnie, sita rue de l’Hermitage en Tain.
1855
El local fue cedido a Octave Calvet y Frédéric Vogelgesang, cuya asociación duró hasta 1878.
1883
La casa es comprada por Rodolphe Delépine.
1897
Marius Chapoutier unió fuerzas con Rodolphe Delépine para fundar la empresa Delépine et Chapoutier. Los vinos se exportan a Holanda, Suiza y Alemania.
1922
Rodolphe Delépine, responsable de la parte contable, se jubila. Marius cambia el nombre de la empresa, que pasa a ser Chapoutier et Cie.
1928
Marius compra la propiedad La Ciboise (1,15 ha) a Robert Monier de la Sizeranne, un hombre de letras.
1929
Al pie de la colina del Hermitage, Marius crea la nueva bodega M. CHAPOUTIER.
1937
Muerte de Marius. Su hijo Marc lo sucede y se hace cargo del negocio.
1955
Deseando personalizar su negocio, Marc Chapoutier le da el nombre que todavía lleva «M. CHAPOUTIER».
1989
Creación de las primeras selecciones de Parcellaire por Michel Chapoutier como enólogo.
1990
Llegada de Michel Chapoutier al frente de la empresa. Por tanto, la aplicación de una convicción: cultura enbiodinámico.
1998
Compra de la primera bodega en Australia.
2000
Compra del primer dominio en Roussillon.
2007
Compra de las primeras cepas en Portugal.
2009
Establecimiento en Alsacia e inauguración de la nueva planta de producción en Tain.
2014
Adquisición de una bodega de ventas en los pabellones Paul Bocuse de Lyon.
2015
Ubicaciones en Beaujolais y Provenza. Adquisición de Maison Trenel, una finca en el Gard (en Valliguières) y un complejo hotelero en Tain.
2016
Primera compra de viñas en España y adquisición de una bodega de venta en Halles d’Avignon.
2017
Adquisición de un dominio en el Gard (en Montfrin).
Hoy
Con Mathilde y Maxime, una nueva generación se une a Corinne y Michel Chapoutier para perpetuar la tradición de una casa familiar. Seguir compartiendo una visión única del mundo del vino, una filosofía de terruños. Conservar las convicciones que hacen de M. CHAPOUTIER la marca de vinos franceses más admirada del mundo.
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