LA CONSTANCIA DEL CAMBIO

Lo que resuena intensamente en esta nueva añada es una nueva viticultura, llevada a su plena potencia. De esta añada insólita y compleja nacen dos vinos, intensamente Cristal, renovadamente Cristal: un blanco y un rosado. En los que finura, potencia, pureza y elegancia llenan todo el espacio y hablan una vez más del resplandor de estas tierras de creta.

UNA PERSONALIDAD ROTUNDA

Cristal

Nacido de una añada de contrastes, Cristal 2012 teje un vínculo sutil entre la fuerza y la finura, la feliz alianza de una profundidad exquisita asociada a la frescura de su terruño calcáreo. Sostenido por una potencia de fuego, este vino de materia, nacido en la luz de los suelos blancos, encuentra en esta añada de gran madurez una rara intensidad.

EL MAESTRO DEL TIEMPO

Cristal Rosé

Obra maestra preciosa y rara, Cristal Rosé 2012 es un vino de construcción lenta, infusionado como un gran perfume. Trazando a su medida los contornos de un joyero sutil, resuena con contrastes y sabores, sabiamente entrelazados en una materia potente. Es el maestro del tiempo, que desvela a su ritmo la infinita armonía de sabores y de texturas que se entrechocan y se dan cita en un baile incesante.

UNA VITICULTURA DE RENACIMIENTO

Así, para la Casa de Champagne Louis Roederer, esta es la primera añada Cristal nacida de una viticultura nueva que une al Hombre con la Naturaleza, la culminación de largos años de reflexión y de ensayos para hacer brotar la chispa precisa. En la que la intimidad con la Naturaleza se define y se refuerza, en la que a cada pie de viña se le presta, cada añada, una benévola atención.

 

Vista: Color oro amarillo, dorado con reflejos tornasolados. Nariz: Bouquet rico y complejo que revela aromas de frutos acidulados y confitados (limón) y notas de cáscaras de cítricos, en el que se mezcla el polen (flor blanca), la avellana tostada y la vainilla de Madagascar. Con la aireación, el bouquet se enriquece con suaves notas ahumadas y de pastelería procedentes de la crianza en botella. Boca: Boca sabrosa, a la vez concentrada y gredosa. La increíble tensión y la precisión aromáticas están perfectamente trabajadas. La entrada en boca es potente, elegante y concentrada, revelando la textura sedosa y envolvente típica de la estructura madura de los Pinot noirs de 2012.